Nadie busca ser adicto. Cuando alguien prueba una droga es probable que piense que puede controlar la cantidad y la frecuencia de su consumo. Sin embargo, uno debe preguntarse por qué las consume y no puede dejar de consumirlas. Ahora bien, no todos los que las consumen se convierten en adictos.

Cuando alguien:

• Consume para aliviar o hacer desaparecer su malestar.
• Continúa consumiendo a pesar de que esto le cause problemas a él o a sus seres queridos.
• Va incrementando sin control la frecuencia y cantidad del consumo.
• El consumir le puede llegar a ser más importante que la necesidad de comer o de dormir.
• El consumir sustituye actividades o cosas con las que disfrutaba antes.
• Puede llegar a hacer cualquier cosa —mentir, robar— para seguir consumiendo.

Entonces es muy probable que nos encontremos con una persona con una adicción a las drogas.

La adicción no es una debilidad. Ser adicto no quiere decir que alguien sea una mala persona. Cualquier persona se puede convertir en adicta: personas pobres, ricas, con estudios universitarios, que no terminaron la escuela primaria… La adicción se puede dar a cualquier edad, pero las probabilidades son más altas en las personas más jóvenes.