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Tratamiento en Adicciones

Orientaciones

Para luchar contra la adicción:

Admitir el problema y decidir hacer un cambio.

Tomar consciencia ¿Estás dispuesto a hacer el cambio? Analiza cuán dispuesto estás.

Elimina tus prejuicios y ten la mente abierta. Cualquier persona puede caer en una adicción. Ahí está el verdadero trabajo personal, analizar qué ha motivado la adicción.

¡Inicia un tratamiento psicológico! Nadie mejor que un terapeuta podrá guiarte adecuadamente en los pasos de tu recuperación. Podrás expresarte abiertamente y encontrar en tu interior las respuestas a tus propias preguntas. El psicólogo es el guía que te abre la puerta a tus herramientas personales para potenciarlas.

Sigue las indicaciones pautadas. Aunque algunas puedan sonarte ilógicas, todas las recomendaciones terapéuticas tienen su razón en el tratamiento. Piensa que tu mayor enemigo es la adicción y esta estará siempre dispuesta a resistirse a que la abandones.

Pide la ayuda y colaboración de las personas más cercanas. Superar una adicción por propia cuenta es muy difícil. La familia, la pareja o las amistades deben conocer qué ocurre y cómo actuar a fin de ayudarte a mantener esas pautas que pueden ser tan difíciles de seguir. Así, te podrán ayudar en momentos de mayor debilidad.

Toma especial atención cuando empieces a mejorar. Son momentos en que fácilmente puedes dejarte llevar por la felicidad de estar bien y pensar: “por una vez no pasa nada”. Sí que pasa, pero tampoco te martirices. La clave es no minimizar las recaídas y poder llevarlas a terapia a fin de analizar la situación. Las recaídas se entienden como parte del proceso en la recuperación, cuya mejoría se observa cuando éstas se van espaciando cada vez más en el tiempo.

Aunque recaigas, aunque lleguen momentos difíciles, si otros han podido, tú también.

Para ayudar a tu familiar, pareja o amigo sigue los siguientes pasos:

Para que tome conciencia, hablar con la persona y hacerla comprender que tiene un problema. Conocer las características de la adicción, los síntomas y signos que provoca, con el fin de ayudarle a reconocerlo.

No culpar ni juzgar, simplemente hablar con él, mostrándole apoyo y ayuda.

No le mientas. Háblale de que estás enterado, de cuáles son las consecuencias y de que hay soluciones.

No lo sobreprotejas. Permítele que enfrente y arregle las consecuencias negativas de sus actos. Si se las solucionas nunca solicitará ayuda.

No lo califiques de vicioso o persona débil, sin fuerza de voluntad. A la mayoría de las personas con una adicción les causan culpa y vergüenza sus actos. Se sentirán menos incómodos si no lo haces y será más fácil que soliciten ayuda.

No lo amenaces con algo que no vas a cumplir o que solamente lo cumplirás en parte o de modo momentáneo.

No hacer de este tema un asunto tabú y actuar con naturalidad y templanza.

Animarle a que busque ayuda profesional.

Apoyar incondicionalmente a la persona que pide ayuda profesional, es un gran paso. Es muy difícil para una persona con una adicción acudir a consulta, por lo que debemos apoyarle y reforzar el gran esfuerzo que está haciendo.

Mi Programa

Es altamente personalizado para cada caso. Donde el protagonismo del paciente y la colaboración de la familia son fundamentales. Contempla psicoeducación, psicoterapia individual y sesiones conjuntas con la familia.

Entiendo que las familias se encuentran desorientadas y angustiadas frente a un problema para el que no se sienten preparados. Del mismo modo, el paciente no sabe el mejor modo como podrían ayudarle los familiares sin sentirse controlado, abrumado o criticado. En este sentido, la familia se convierte en un apoyo real al tratamiento cuando es convenientemente orientada y son analizados y trabajados, por todos, las dificultades relacionales que puedan existir y las que puedan ir apareciendo.

En las dos primeras consultas se hace necesaria una evaluación pormenorizada de cada caso, donde se acuerdan objetivos terapéuticos individualizados.

En una primera fase nos centramos en la adquisición de control por parte del paciente sobre la conducta problemática (jugar, beber, consumo de la sustancia…), para que en una fase posterior se puedan abordar sus causas, facilitando la recuperación. Para ello es importante la psicoeducación y la psicoterapia individual, junto con la colaboración de los familiares en sesiones conjuntas, ofreciéndoles a los familiares apoyo psicológico, orientación y pautas específicas.

En una segunda fase, se trabajan las causas psicológicas y relacionales de la adicción, una vez la conducta problemática la tenemos controlada.

En una tercera fase se trabaja la prevención de recaídas, incluyendo un seguimiento de cada caso.