En el presente artículo me propongo darte unas pinceladas orientadoras sobre la dependencia emocional, que te puedan facilitar a ti, familiar o amigo su identificación y establecer objetivos de tratamiento que podamos trabajar en consulta a través de diferentes técnicas y procedimientos que han demostrado gran eficacia.

La dependencia emocional  se puede manifestar no solo en las relaciones de pareja sino también en las relaciones familiares o de amistad. Estas están marcadas por un fuerte desequilibrio, donde la persona se somete, idealiza y magnifica al otro, afectando de forma negativa a su salud física y mental. Pese al malestar y el sufrimiento que la relación le cause se siente incapaz de dejarla. Tiene intenso miedo a la soledad y pánico a la ruptura, la cual en caso de producirse conduce a la vivencia del síndrome de abstinencia.

Tanto hombres como mujeres lo padecen. Ambos, influenciados por los roles de género, abordamos sus dificultades y tratamiento de modo distinto. Una concepción determinada del amor y de las relaciones personales propicia la dependencia emocional más en mujeres que en hombres y, en el caso de los hombres, pueden mostrar mayor dificultad a la hora de acudir a una consulta psicológica porque sienten que su hombría se pone en duda. En ambos casos somos víctimas de los roles de género.

 

Características de la dependencia emocional

 

Prioridad de la relación sobre cualquier otra cosa

Deseo constante de estar con ella o él

Tendencia a tener a este o esta en exclusiva

Idealización de la persona y la relación

Sumisión

Pánico al abandono o al rechazo del otro

Búsqueda de relaciones con un perfil determinado

Baja autoestima

Miedo a la soledad

Necesidad de agradar

Síndrome de abstinencia tras la ruptura

 

Características de quien se depende

 

Muestra poco afecto. Pudiendo ser una persona manipuladora y posesiva.

Autoestima elevada y habitualmente excesiva.

Rol dominante.

Persona con habilidades sociales, aduladora y en apariencia encantadora.

 

Síndrome de abstinencia tras la separación

 

Pensamientos obsesivos en torno a la relación. Recordando los momentos buenos y relegando al olvido los negativos.

Pese al sufrimiento y las humillaciones, se siente una necesidad imperiosa de tener contacto con la persona.

Desesperación, tristeza y ansiedad.

Múltiples intentos de retomar la relación, aunque estos supongan atentar contra la propia dignidad, siendo lo más importante llenar el vacío y apaciguar la soledad que la ruptura ha producido.

Dificultad para conciliar el sueño.

 

Objetivos del tratamiento

 

Eliminar el síndrome de abstinencia

Reforzar tu autoestima

Aprender a estar sola/o

Tomar tus propias decisiones

Establecer relaciones equilibradas con personas que te respeten, valoren y aporten de modo positivo.